Toda inversión, incluidas las FAB, tienen que tener el visto bueno desde las altas esferas, y eso une, una vez más, a los chips con la geopolítica. Esto que ahora vemos con más facilidad lo plasmó Wu diciendo que no habría un bloque de la inversión de TSMC en Europa, pero "hay un problema filosófico" sobre el hecho de que la UE necesitara la ayuda de Taiwán para los chips a base de sus empresas, pero, en cambio, Europa no considerara un panorama "más amplio de relaciones con Taiwán".